La profesora y presidenta de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, Alba Brugueras Fabre, nos habla de sus grandes pasiones profesionales: la educación y el uso de la economía en nuestra vida.
Por Marla Figueroa Ramos
Comunicaciones Integradas
¿Te imaginas tomar una clase de economía en donde uno de tus trabajos finales utiliza como herramienta la preparación de un meme?
Al conversar con la profesora de estadística, investigación y economía del Departamento de Administración de Empresas, Alba Brugueras Fabre, descubres que al unir su estilo educativo moderno, práctico e innovador nada es imposible.
“Todo lo que hacemos es economía. Cuando te detienes a hablar con tus amigos sobre los precios de la gasolina, el café que te tomaste en la mañana o los productos que encuentras en el supermercado, te estás relacionando con medidas evaluadas por economistas, y esto hay que enseñarlo de una manera actualizada que capture la atención de los estudiantes”, comentó la educadora que lleva cinco años en Sagrado.
Brugueras Fabre, quien es amante de la lectura, los animales y los desayunos, cuenta con un bachillerato y una maestría en Economía de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
“Cuando salí de cuarto año quería estudiar otra especialidad, pero desde la primera clase que tomé de economía quedé encantada, fue como un click. En ese curso comenzamos 30 estudiantes y terminamos cuatro. En ese momento supe que este era mi camino”, expresó.
Durante sus años de bachillerato, Alba tuvo una vida académica activa y participó de diferentes actividades extracurriculares que la llevaron a iniciar su exitoso y variado camino como integrante de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, en donde actualmente se desempeña como presidenta. En esta entidad trabaja temas sobre la recuperación económica del país y la importancia de la participación femenina en esta disciplina, entre otros.
“Es un honor representar a mi profesión y a mis colegas en una organización tan importante. Comencé desde el año 2003 en la Asociación, es un espacio muy querido que nos permite colaborar con las nuevas generaciones de economistas”, dijo.
Dentro de su trayectoria profesional Alba se ha destacado como consultora y cofundadora de la firma de negocios Top Brains Group, trabajó en Caribbean Analysis Unit, H. Calero Consulting Group y en el Departamento de Economía Agrícola, Estación Experimental, Colegio de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez.
Además, es parte de la Alianza para la educación en la economía, agrupación que lleva 20 años en Sagrado. A través de la Alianza, ha participado en programas que brindan talleres a maestros para que integren en sus currículos nuevas estrategias y desarrollen proyectos económicos con los estudiantes de escuela superior, quienes a su vez compiten a nivel regional y nacional con sus propuestas.
La economista ha investigado temas relacionados a las reformas de salud pública, agricultura y trabajó como técnico legislativo en asuntos económicos. No obstante, sin importar los diversos caminos en los que se ha destacado, Alba resalta que su rol como educadora es uno de los más determinantes de su carrera.
“Es impresionante ver el origen de nuevas ideas. Ver esa curiosidad y esa capacidad de preguntarse a través de los proyectos ‘por qué no, vamos a hacerlo’ ”, comentó Brugueras Fabre quien durante este semestre tiene entre sus cursos aproximadamente 160 estudiantes a nivel graduado y subgraduado.
Según comentó, uno de los mayores logros del Departamento de Administración de Empresas es el uso de estrategias para llevar la información de manera innovadora. A través de la utilización de proyectos que emplean la tecnología y la originalidad como por ejemplo, el uso de videos, podcast, fotos entre otros, ha logrado minimizar el impacto cuantitativo y el famoso temor a los números que aqueja a muchas personas. De este modo, Brugueras Fabre ha transformado el proceso de enseñanza en uno más interactivo en el que se combinan la creatividad y las diferentes destrezas de los estudiantes.
“Amo ser profesora y crear métodos que lleguen a los jóvenes; es una de las facetas profesionales que más disfruto. Es un reto interesante y maravilloso dejar una huella en la vida y preparación académica de los sagradeños. Cuando te ven por los pasillos o te saludan desde el patio es un sentimiento muy bonito y gratificante que valida nuevamente tu vocación”, concluyó.