“Hay que atreverse a hacer las cosas de otra manera” | inSagrado

“Hay que atreverse a hacer las cosas de otra manera”

Javier Hernández Acosta, PhD, es catedrático auxiliar y director del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad del Sagrado Corazón.

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Javier Hernández, autor del libro.

Por Ashley Camacho
Comunicaciones Integradas

Tras varios años trabajando diversos temas relacionados al emprendimiento creativo, decidió escribir un libro. En cada página presenta una mirada diferente al componente empresarial y a los proyectos culturales; invita al análisis, a la crítica y a la reflexión aguda de la actualidad.

El libro Emprendimiento Creativo se presentará el viernes, 4 de noviembre en una actividad en la que habrá networking, speak mentoring y charlas puntuales sobre qué es lo próximo en el ecosistema creativo.

Pregunta: ¿Qué son las industrias creativas?

Respuesta: Las industrias creativas es un concepto que se desarrolló a mediados de los años 90 que busca englobar todas las actividades económicas que tienen como insumo principal la creatividad. Es como una categoría general que incluye toda la actividad artística, cultural y creativa. Por arte me refiero a la música, las artes escénicas, las artes editoriales y las artes visuales. También a todos los medios de contenidos digitales: el diseño gráfico, industrial y la moda; los servicios creativos, la arquitectura y la publicidad.

P. ¿Qué fue lo que te inspiró a escribir el libro?

R. Me pareció que había una ausencia de material educativo adaptado al componente empresarial y los proyectos culturales. Estos sectores son bien particulares porque no manejan solamente el valor económico. Manejan también valor cultural. Por eso me embarqué en la idea de presentar un proyecto educativo que incluye el libro y una plataforma web para que siga nutriéndose, actualizándose y enriqueciéndose porque al final del día hay una gran cantidad de creativos allá afuera. Llevo muchísimos años trabajando con el tema de la relación entre la economía y la cultura. Primero porque soy músico y cuando entré a la Universidad estudié Administración de Empresas y no música porque también entendía que era importante fortalecer el componente empresarial y los proyectos culturales. Durante estos años he ido acumulando experiencias como profesor, investigador y a través del trabajo con las incubadoras.

P. El libro tiene subniveles, ¿por qué lo has estructurado así?

El libro parte de un modelo de emprendimiento creativo y es un modelo que tiene cuatro niveles que yo entiendo que cualquier emprendedor debe desarrollar.

  • El primero es un modelo de negocio, es cómo tu armas y cómo esto va a generar dinero y va a ser auto sostenible.
  • El segundo modelo es la gerencia creativa, cómo vamos a realizar unas actividades para que en el tiempo esto permanezca. Ahí es que está la parte de mercadeo, finanzas, diseño organizacional e innovación.
  • Ya al tercer nivel le llamo ecosistema creativo y trasciende la empresa. ¿Cómo yo estoy ayudando a fortalecer mi industria?, porque estos sectores son tan pequeños que en la medida en que cooperemos, creando una difusión de innovación vamos a crecer como industria y vamos a tener muchos más consumidores.
  • El cuarto nivel es macro: la ciudadanía cultural. Al final, estos proyectos tienen un gran compromiso social y ético con el desarrollo local y tienen un compromiso artístico. El arte tiene elementos sociales, políticos y eso no debe para nada estar sujeto al modelo económico. Así que yo lo creo también como un nivel.

Es muy importante el contexto local, social y, aunque el libro esta dirigido a cualquier país de la región, es importante entender cada contexto, las políticas culturales de cada país, el desarrollo histórico de estas industrias, el perfil de los emprendedores, las empresas y los consumidores. Hay dos o tres capítulos de contexto y después pasamos a cada uno de los componentes del modelo, que deberían llevarte a desarrollar una propuesta o un plan de negocio que esté listo para el mercado.

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Libro de Emprendimiento Creativo

P. ¿Cómo contribuye el libro hoy día?

R. Llega en un momento en que se están alineando los planetas y las iniciativas. Tenemos una ley de industrias creativas, proyectos de incubación como Inversión Cultural y tenemos la academia interesada en estos procesos. Hay un interés de vincularnos con la región. Debemos pensar en cómo Puerto Rico se inserta en Latinoamérica y cómo enfocar los recursos necesarios para lograrlo. Por eso la importancia de la democratización del conocimiento, para ampliar su impacto. Llevamos de tres a cuatro años en Inversión Cultural haciendo capacitaciones. En mi caso, también ofreciendo cursos a nivel universitario, pero si te das cuenta, el conocimiento está bien concentrado y solamente se benefician los que están en estos programas. Y nosotros pensamos que este libro y la plataforma, que incluye un mini curso a través de videos, permite que cualquier persona tenga acceso y luego si desea llegar a nosotros, a otras incubadoras y/o programas de apoyo, pueda ya tener un trasfondo.

P. ¿Cuánto demoró el desarrollo del libro?

R. Es interesante porque la introducción se escribió en el 2012 en medio de un viaje de New York a Tokio. A partir de ese año, mi trabajo con las industrias creativas empezó a crecer grandemente en términos de hacer consultoría, dar clases, investigación académica y programas de capacitación. Hubo un periodo en el que me detuve porque sabía que todas estas experiencias iban a enriquecer mucho el libro. Ya para el 2015 me sentía listo para escribir y comencé durante el verano que estuve en Europa. Adelanté muchísimo trabajo porque estuve entrevistando empresas en Europa y ese fue el último empujoncito para sentarme a escribir. Estos últimos meses fueron mayormente sobre la conceptualización del producto acá en Puerto Rico.

P. En el Puerto Rico de hoy, ¿qué significa emprender?

R. Estamos en una condición difícil, sobre todo en lo político. Aunque esto no es nuevo, es ahora cuando lo hemos empezado a vivir de la manera más cruda. Nos han puesto la condición colonial de frente, hasta con un poco de burla. Yo siempre he visto el emprendimiento como algo más que el acto de crear empresas; es el acto de cambiarle y mejorarle la vida a la gente a través de productos y servicios que perduren en el tiempo. Por lo tanto, estoy viendo el emprendimiento también como un acto político de demostrar que hay una posibilidad del reconstruir el país desde unas condiciones bien difíciles. Y tenemos que hacerlo desde la productividad, la responsabilidad social y la solidaridad, así que el emprendimiento tiene que cobrar un auge muy distinto a lo que ha sido hasta ahora. Yo creo que el emprendimiento está muy de moda, a veces me preocupa que termine siendo una burbuja. Y te lo dice una persona que trabaja con el tema. Yo no hablo de emprendimiento en esos términos. Yo estoy hablando de un emprendimiento solidario y político (en el sentido de que vamos a transformar las condiciones del país). Por eso creo que hay que darle una atención muy grande.

Estamos enfrentándonos a una Junta de Control Fiscal que no tiene como prioridad al país. Los ciudadanos y emprendedores tienen que poner al país primero y no todos los emprendedores necesariamente hacen esto. Por eso digo que debe ser un emprendimiento diferente, transformador. Cuando hablo de política, hablo de relaciones de poder y el emprendimiento es sinónimo de una autogestión que permita que nos independicemos en todos los sentidos: mentales, económicos y sociales. Si lo logramos articular, podría ser una trinchera para enfrentar los tiempos que se avecinan.

 

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«Los creativos son agentes de cambio y el emprendimiento es su herramienta principal.»

 

P. ¿Cómo puede hacer un impacto en la situación económica del país el emprendimiento creativo?

R. Hay que tener cuidado cuando hablamos de economía solamente en términos monetarios versus proyectos que mejoren las condiciones del país. Creo que esta idea que compartimos en la contraportada del libro describe lo describe bien: Hay que atreverse a hacer las cosas de otra manera. Los creativos son agentes de cambio y el emprendimiento es su herramienta principal. Esta combinación ayuda a movernos hacia una economía que integre la innovación, la sostenibilidad, la colaboración y la ciudadanía.” Los creativos tienen un gran valor a través del reconocimiento que le han dado a Puerto Rico a nivel internacional. La transversalidad de la cultura benefician el turismo, la agricultura, la educación y muchos otros sectores. No me gusta hablar de las industrias creativas como un sector, sino como una parte de la infraestructura del país. No solamente aporta a la economía, es parte de la base que puede transformarlo todo. Además, a este sector hay que potenciarlo porque nos diferencia con el resto del mundo.

P. ¿Cómo apoyarías el emprendimiento en los jóvenes?

R. Creo que hay que partir siempre de un respeto al conocimiento y las experiencias que tienen los jóvenes. Es normal subestimar a generaciones jóvenes por el mito de la experiencia. Hay que comenzar por romper ese paradigma y hablar de iguales. Otro aspecto es promover que la gente haga lo que le gusta. Venimos de décadas donde el interés principal era conseguir un buen trabajo y ya. Esa empleabilidad tiene un impacto económico inmediato pero en el largo plazo tienes un problema de productividad cuando la gente no hace lo que le gusta. Creo que debemos acompañar a estos jóvenes a que se aseguren de hacer lo que de verdad les apasiona. Lo menciono porque muchos creativos terminan estudiando otras profesiones con la expectativa de seguridad de empleo. No hay trabajo seguro en ningún lado, hay trabajo seguro para aquella gente que sea apasionada en lo que hace. Esos consiguen trabajo o lo crean.

Yo tengo “issues” con las clasificaciones de generaciones… hay que romper con eso y empezar a mirarnos como iguales. Al final, la gente se diferencia por sus valores, sus pasiones, su conciencia y solidaridad, sin importar si tienes 18 o 70 años. Los jóvenes se quejan de que los “viejos” no les dan oportunidades o que ya hicieron su contribución a la sociedad… y los “viejos” de que los jóvenes no tienen compromiso ni experiencia. Yo creo que si quitamos el tema generacional abrimos mucho camino y empezamos a respetar a las personas por quienes son, lo que hacen y lo que son capaces de hacer. Al final, el tema generacional es un ejercicio de generalización y estereotipos creados por el mercado. También hay una frase muy común que se usa: “los jóvenes son el futuro del Puerto Rico”. Eso no es cierto, todos somos el futuro del país, todos los que estemos aquí o en la diáspora y que aportemos a construir ese futuro.

P. ¿Qué está haciendo Colombia en relación a la innovación que lo ven como destino?

R. Es un país que tiene una capacidad creativa muy grande y, a diferencia de nosotros, desde muy temprano, quizás hace 10 años, lo identificaron y lo empezaron a articular de manera óptima: desarrollando políticas públicas para impactar a sectores como el emprendimiento, la innovación, la cultura y la creatividad. Por esas razones, su capacidad de acción y anticipación ha permitido que estén bien adelantados en el camino, pues ya saben qué funciona y que no. Además, compartimos una cercanía cultural. Siempre creo que hay que mirar para el Sur, “el Sur también existe”. Esa cercanía cultural con la región tiene mucho impacto en lo económico, lo social, lo político y lo cultural.

 

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«Este libro quiere servir de guía y apoyo para todos los que apuestan al emprendimiento creativo.»
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