Jayleen cruzó el Atlántico persiguiendo un sueño | inSagrado

Jayleen cruzó el Atlántico persiguiendo un sueño

El camino para hacer la diferencia lo dicta el corazón, y el de Jayleen Rodríguez la dirigió a Italia. Esta estudiante sagradeña compartió sus experiencias en el país europeo tras pasar un semestre de intercambio en Milán.

Jayleen Rodríguez, estudiante de Periodismo

 

Por Jayleen Rodríguez Oquendo
Estudiante de Periodismo

Con el corazón en la mano, la frente en alto y una maleta repleta de valor y esperanza, crucé el Atlántico persiguiendo mi sueño: aprender y emprender.

Jayleen Rodríguez durante su semestre de intercambio en Italia

Un intercambio estudiantil es una ventana al mundo, una oportunidad que se brinda a todos los estudiantes, pero que solo los más atrevidos y valientes aprovechan. No quiere decir que quien no participe de una experiencia internacional sea un cobarde, sino una persona que visualiza la misma ventana desde otra perspectiva.

Porque incluso un paisaje no tiene una sola versión de realidad, cada ojo es el visor de un mundo encapsulado en un envase llamado cuerpo.

Perdonen mi modo filosófico de escribir, pero es parte de lo que aprendí al saltar de un continente a otro.

Vivir durante tres meses en Milán fue una aventura que me ha hecho comprender ciertas características de mi persona que en algún momento pasaron desapercibidas.

Como por ejemplo: esa perseverancia que me ciega y me lleva a experimentar cosas que nunca antes había contemplado.

Jayleen Rodríguez durante su semestre de intercambio en Italia

 

La mejor experiencia que un joven puede tener es exponerse a un nuevo ambiente, cultura y estilo de vida. Retándose a aprender no solo el idioma natal, sino las costumbres, la cultura y los porvenires de una ciudad.

No es lo mismo ser turista que un residente, esa es la peculiaridad de ser estudiante internacional, ya que si estás de intercambio obtienes la residencia de tu país anfitrión por la cantidad de tiempo que estés estudiando.

Como en todo proceso de adaptación, el primer día siempre tiene sus peculiaridades. Mis primeros pasos en Europa los di en las calles de Milán, sin dispositivos de posicionamiento global (GPS), ni internet; perdida durante horas, callejeando, buscando el hostal en donde pasaría mis primeras cinco noches.

“Ah”, porque no les conté que llegué a Milán sin saber dónde iba a dormir. Las dificultades económicas hacen que, personas como yo tengan que tomar decisiones drásticas para avanzar: ‘lanzarte al vacío con la esperanza de que en el camino haya un parachoques que te salve la vida’.

Jayleen Rodríguez durante su semestre de intercambio en Italia

 

Por otro lado está el “famoso” choque cultural. Comenzando desde las leyes de tránsito respetadas por todos los ciudadanos, seguido por la moda o estilo de vida fumador de la gran mayoría de los europeos incluyendo ancianos, jóvenes y adultos y culminando con el calor del verano y el frío drástico del invierno son datos a resaltar de mi experiencia en Europa.

El medio de transporte público en Italia es muy bueno, al ser un país europeo te brinda la oportunidad de visitar a sus tierras vecinas como por ejemplo: Suiza, Dinamarca, España, Francia, Rusia entre otros.

Como estudiante de Periodismo me propuse cursar nuevas materias, no relacionadas directamente a mi concentración, aprovechando esas electivas libres que me quedaban tomé cursos de literatura, moda y mercadeo.

[ctt template=»4″ link=»e3neY» via=»yes» ]»Entendí que la única barrera que existe entre el éxito y tus sueños es tu mente» – Jayleen Rodríguez, estudiante de Periodismo @sagradoedu[/ctt]

Y como dice una muy buena amiga, “nada es realmente tuyo hasta que lo compartes”, y es por eso que hoy estoy aquí contando un poco de lo que viví y aprendí, con la esperanza de que mañana sea otra la voz que narre su experiencia.

 

 

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