Durante su periodo de aislamiento social, nuestra colaboradora Liz Yanira Del Valle reflexiona sobre la relación entre el coronavirus y los árboles.
Por Liz Yanira Del Valle
Colaboradora
Mientras muchos medios de comunicación locales e internacionales se enfrascan con el impacto económico del coronavirus, los mercados, la bolsa y otros veinte asuntos, yo miro para otro lado.
Pegué ojo a los árboles, especialmente a los que tengo en mi entorno. Extrañé a mis “vecinos y amigos verdes” de Sagrado, los cuales suelo abrazar sin vergüenza alguna. A esos por los cuales también recé para que María no los arrancara de raíz.
Pensé en que mi primera nota para InSagrado de este semestre fue la siembra del Bosque de Ausubo. Detuve mi pensamiento para entrar a la selva virtual. No sería casualidad que en ese momento de reflexión fugaz encontrara un trabajo publicado en el periódico El País, escrito por el periodista peruano Ramiro Escobar La Cruz y titulado El Patógeno Humano.
A Escobar La Cruz le extraña que a estas alturas del tema de la nueva pandemia no se comente sobre cómo nuestro impacto en el ecosistema puede estar influyendo en la propagación de estos virus inesperados.
El autor hace un repaso sobre los virus recientes presentes en la humanidad y su procedencia de origen animal.
Luego, citando un artículo científico que versa sobre las nuevas pandemias, nos recuerda que la deforestación “no solo tumba árboles; también sacude más que simbólicamente los árboles, donde habitan virus por montones”. El estudio de Daszk, al que alude Escobar La Cruz, estima que entre el territorio de la vida silvestres abundan 1.7 millones de virus.
El escritor considera como limitación el pensar que la pandemia no tiene que ver con el deterioro ambiental y la crisis climática.
“Ahora vivimos en carne y pulmón propio ese drama. Es algo similar a lo que ocurrió durante la Conquista de América, cuando la población prehispánica fue diezmada por las enfermedades desconocidas. Los virus llegaron primero, como ahora nos están llegando esos microorganismos nuevos de territorios silvestres que seguimos conquistando sin medida ni clemencia».
Ramiro Escobar La Cruz, autor del Patógeno Humano, publicado en el periódico El País.
El también profesor en varias universidades peruanas, sugiere reinventar nuestros sistemas sanitarios, “rebobinar nuestra economía, nuestro sistema político”.
Para él, con el coronavirus pudiéramos “repensar la manera en la que nos hemos instalado en la naturaleza a fin de que dejemos de ser un agente patógeno para otras especies y para los ecosistemas en general”.
Finalmente, de forma crítica y puntillosa, apuesta a que “el trauma que va a dejar esta crisis puede darnos esa oportunidad, si no la evadimos acudiendo a comprar jabón y papel higiénico en masa”.
Cuando regresemos todos a nuestro campus, pensemos en la naturaleza que nos rodea. En la de nuestro vecindario, la de nuestra isla y la del planeta. ¡No estamos solos!