Mensaje de la Provost al cierre de la Misa de Mater Admirabilis | inSagrado

Mensaje de la Provost al cierre de la Misa de Mater Admirabilis

Por Anuchka Ramos Ruiz, Ph.D., Provost de la Universidad del Sagrado Corazón.

La historia de Mater Admirabilis se remonta al corazón mismo de la tradición del Sagrado Corazón. En 1828, el papa León XII invitó a la Sociedad del Sagrado Corazón a establecer una comunidad y una escuela en el monasterio de la Trinità dei Monti, en Roma, situado en lo alto de la escalinata de la Plaza de España. Tras la Revolución Francesa, la propiedad quedó abandonada, y las religiosas del Sagrado Corazón llegaron para restaurarla y reanimar su vida espiritual y educativa.

Dieciséis años después, una joven francesa llamada Paulina Perdrau fue admitida como postulante. Paulina pidió permiso a la superiora, Madre Josephine de Coriolis, para pintar un retrato de la Virgen María en uno de los muros del claustro. Aunque no dominaba la técnica del fresco, insistió con humildad y oración. Durante meses preparó el muro y dedicó largas horas a su obra. Al terminarla, los colores parecieron demasiado intensos y la pintura fue cubierta con una tela. Tiempo después, al retirarla, los tonos se habían suavizado hasta los rosados, azules y marfiles que hoy caracterizan a la imagen.

En el otoño de 1846, el Papa Pío IX visitó Trinità dei Mont. Al contemplar el fresco, quedó profundamente conmovido y lo bendijo con el título de “Mater Admirabilis”. Desde entonces, la imagen de la Madre Admirable se convirtió en patrona de las escuelas del Sagrado Corazón y en un símbolo de la unión entre contemplación y acción. Hoy, una pintura o escultura de Mater puede encontrarse en cada institución del Sagrado Corazón del mundo, donde su fiesta, el 20 de octubre, se celebra con eucaristías y reencuentros, como hacemos nosotros hoy en nuestra Capilla Mayor. 

Esa historia nos recuerda que toda obra educativa es también una obra de fe, perseverancia y esperanza, donde la belleza nace del esfuerzo y la contemplación. En Mater encontramos el espíritu que inspira nuestro proyecto académico: detenerse para mirar con profundidad, cultivar el silencio interior y descubrir en el trabajo diario un camino hacia la trascendencia.

Este año, en que celebramos 145 años del proyecto educativo del Sagrado Corazón en Puerto Rico, reconocemos el significado que Mater tiene para los más de 30,000 egresados de nuestra Universidad, incluidas las antiguas alumnas del Pensionado y del Colegio de las Madres. En este año de celebración también hemos vivido un momento especial, pues a la Capilla de Mater que se encuentra en el edificio principal –edificio Sagrado Corazón–, hemos sumado la entronización de la imagen de Mater Admirabilis en Casa Máter, una de nuestras principales residencias universitarias. Hoy, más de 900 estudiantes residen en el campus, y los encomendamos a Mater para que los acompañe en su crecimiento y en la búsqueda de propósito y sentido.

Como Provost y egresada de Sagrado, la historia de Paulina Perdrau me inspira. En su gesto reconozco el carácter de quienes hemos sido formados aquí: la valentía para crear, la sensibilidad para escuchar y la firmeza para construir. Ese mismo impulso veo en nuestros estudiantes, que aprenden haciendo, lideran con imaginación y ponen su talento al servicio de los demás. Y lo veo también en nuestra facultad, que acompaña con paciencia y sabiduría la madurez de cada alumno, confiando en que la formación florece a su propio ritmo.

Pedimos a Mater que nos guarde “en la luz de las cosas que no se ven, la Presencia invisible, la Vida invisible, la Acción invisible y el Amor invisible.” Que su ejemplo nos ayude a mirar más allá de lo inmediato y a mantener viva la esperanza que sostiene nuestra vocación educativa.

En tiempos de ruido y prisa, Mater Admirabilis nos enseña a hacer pausa y contemplar. Nos recuerda que el conocimiento verdadero nace del encuentro, del silencio y de la fe compartida. Que su presencia siga inspirando nuestra Universidad a formar personas serenas en su interior, comprometidas con la justicia y fieles a su propósito.

Que Mater permanezca entre nosotros como fuente de serenidad y faro de esperanza.

Scroll al inicio
Ir al contenido