El inicio de un nuevo año académico es siempre un momento de renovación: para algunos significa comenzar su travesía universitaria y, para otros, continuarla.

Por Anuchka Ramos Ruiz, Ph.D., Provost de la Universidad del Sagrado Corazón.
Este año, les invito a enfocar sus esfuerzos en la reflexión crítica de los grandes retos de nuestras sociedades: la pobreza y la violencia que se perpetúan, y fenómenos, quizás para ustedes más contemporáneos, como la polarización ideológica y la intolerancia a dialogar y convivir desde nuestras diferencias. Que esa reflexión los lleve a sacar el mayor provecho a sus cursos de emprendimiento, como espacios para proponer soluciones creativas y viables; que vean en sus cursos de investigación una oportunidad para profundizar en las causas y soluciones sistémicas, desde un entendimiento cuidadoso; que en los cursos de comunicación y de cuestionamiento crítico, descubran ustedes el amor por la literatura y el arte de hacer preguntas, y se convenzan de que el lenguaje y la palabra son las herramientas más poderosas e indispensables para encontrar nuevas formas de mirar, nombrar y comprender la complejidad de nuestro mundo, y también para construir relaciones.
Les convoco también a asumir el llamado a liderar, desde sus cursos de liderazgo y desde las asociaciones estudiantiles. Ese llamado ya lo han asumido varios de sus compañeros, como los integrantes del Consejo de Estudiantes 2025-2026 a quienes saludo con gran ilusión. A nuestro Consejo y a todo el estudiantado, les invito a asumir un liderazgo de servicio, que se ejercita en la capacidad de evaluarnos y renovarnos constantemente, y que nos recuerda que la tarea difícil pero ineludible a la que estamos llamados los hijos e hijas de Dios es a la tarea de amar: amar incluso en medio del caos y la dificultad, amarnos en nuestras diferencias, amarnos siempre reconociendo la dignidad innegociable de lo que somos.
Estudiantes, que no falte la alegría, esa que nos contagia a todos cuando regresan al campus y llenan el aire de frescura y propósito. Sus profesoras y profesores, sus decanas y decanos, estamos aquí para acompañarles, y para que ustedes nos acompañen, en la tarea de ser universitarios, la tarea de pensar, cuestionar, de ser contracorrientes, de entender la tradición para innovarla –o defenderla–, la tarea de superar las falsas contradicciones para ser, por igual, personas de ciencia y de fe; en fin, estamos aquí, al inicio de un nuevo año académico, para continuar con valentía la tarea de poner nuestras mentes, corazones y espíritus en comunión para servir allí donde se nos llame.
Que sea un año de vivir la esperanza. Los salones y el campus son todo suyo.
Adelante, Delfines, a construir.