
Por: Comunicaciones Integradas
El viaje académico a Japón se convirtió en una experiencia transformadora para Lyuxamar Ortiz Miranda, estudiante de primer año de la Escuela de Negocios de Sagrado. Lo que comenzó como una inmersión en temas de comercio internacional y cadenas de suministro se convirtió en una vivencia que redefinió su visión profesional, su comprensión de la globalización y su sentido de propósito en relación con Puerto Rico.
La experiencia también reveló el valor de lo intangible como activo económico. El concepto de omotenashi, hospitalidad basada en la atención genuina y el respeto, marcó profundamente a la estudiante, quien lo identificó como una de las claves culturales que sostienen el modelo empresarial japonés. Episodios cotidianos, como la devolución de un teléfono perdido o gestos espontáneos de asistencia, reforzaron la importancia de la confianza como fundamento social y profesional.
A partir de estas vivencias, Ortiz Miranda reflexionó sobre los paralelos y desafíos para Puerto Rico. Reconoció que, al igual que Japón logra convertir su identidad cultural en fortaleza económica, el principal recurso de la isla es su gente: talento creativo, resiliencia y calidez humana. Sin embargo, subraya que para convertir esa ventaja comparativa en una ventaja competitiva se requiere infraestructura, formación empresarial y estrategias que integren cultura, industria e innovación.
La experiencia internacional, organizada por la Escuela de Negocios como parte de su modelo educativo experiencial, permitió conectar contenidos académicos con realidades económicas globales. Además, fomentó una reflexión crítica sobre el rol de los futuros profesionales en la transformación social y económica del país.
Para conocer más detalles de esta experiencia desde la perspectiva de la estudiante, pueden acceder a la columna de opinión en El Nuevo Día:
Omotenashi en Japón, esperanza en Puerto Rico.