El mesero de banquetes salió de la comunidad a los 9 años y siempre regresa al lugar que lo vio crecer
Este perfil periodístico forma parte de una serie y surge como resultado de las experiencias de aprendizaje en servicio, realizadas en el curso PER 223: Periodismo Narrativo, impartido por las profesoras María de los Milagros Colón Cruz y Yaritza Medina Montañez, en colaboración con el programa de Vinculación Comunitaria de Sagrado y las comunidades del G-8.
Por: Kelvin L. Colomba Rodríguez
Estudiante de Periodismo
Escuela de Comunicación Ferré Rangel
A solo una distancia considerable de la entrada a la comunidad Bitumul, una de las más tardías en desarrollarse entre las comunidades aledañas al Caño Martín Peña, se encuentra un lugar llamado “La Esquina de los Famosos”. Es un espacio construido en forma de “gazebo”, medio improvisado, ubicado justo a orilla de la Calle B del sector.
Allí, varios vecinos se reúnen desde temprano para pasar el día y conversar, como Héctor Manuel Rodríguez Pacheco, un hombre de 48 años, alegre y amigable que trabaja como mesero de banquetes en el hotel Caribe Hilton en San Juan y que vive orgulloso de ser parte de la barriada Bitumul, a pesar de que recuerda con nostalgia lo que un día fue la comunidad que lo vio crecer.
“Se ha ido la mitad, ya no hay casas”. En ese instante, comentó que su familia, al igual que otras, perdió su vivienda, “estropeada”. La comunidad Bitumul es una zona que suele estar expuesta a inundaciones.
Héctor nació en 1977 y salió de Bitumul cuando apenas tenía 9 años. En ese momento, llegó al barrio Cupey, donde estuvo por unos años antes de mudarse a Brooklyn, New York. No fue hasta sus 26, hace ya 20 años, que regresó a Puerto Rico. Hoy, vive en el sector San José.
“Cuando yo me fui niño de aquí yo me fui llorando, y habían muchos panitas míos, muchas familias, había mucha gente, pero ahora, como ves, la mitad de Bitumul no existe”, añadió.
Guarda buenas memorias y anécdotas de su juventud, como cuando, a inicios de los 80, visitaba el caño con sus amistades para bañarse. Pero hoy no es así. Debido a la contaminación no se recomienda sumergirse y, contó Héctor, la cantidad de basura ha reducido la profundidad del canal. Ahora se puede caminar sobre él.
“Cuando yo era chamaquito me tiraba de cabeza ahí”, resaltó.
Resguardado en la sombra del gazebo, compartió que uno de los problemas en el sector es la cantidad de mosquitos y la manera en cómo viven las personas, afirmando que “el gobierno se ha olvidado de la barriada”.
Héctor afirmó que “a pesar de” que viene de una barriada, trabaja por lo suyo y tiene como norte el progreso. Desde los 22 años, ha trabajado en cuatro hoteles en distintos departamentos. En el 2015 decidió ir a la universidad y en el 2019 se graduó con un bachillerato en Gerencia de Hotel. Esa no ha sido su única preparación académica, ya que continúa desarrollándose en otras áreas como ayudante de electricista al completar un curso en diciembre de 2024.
Tiene su carácter. “Yo trato a las personas como me tratan a mí”, afirmó.
Para él, la clave de la vida es “superarse” y “no rendirse”. “Nunca darse por vencido y siempre perseverar para hacer un mejor mañana”.
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