La Convención Anual 2018 de la Asociación de Relacionistas Profesionales de Puerto Rico (ARPPR), le brindó a un grupo de sagradeñas una experiencia profesional inolvidable.
Por Imalay M. Cruz Figueroa
Estudiante de Periodismo
Respira: inhala, exhala, inhala y exhala. Vamos cuenta 1, 2 y 3 repite el mismo movimiento, no pares.
Concéntrate, todo estará bien, murmulló mi yo interior mientras mis mejillas se sonrojaban tras entrar al San Juan Marriott, Resort & Stellaris Casino, en Condado para hacer una cobertura especial de la Convención Anual 2018 de la Asociación de Relacionistas Profesionales de Puerto Rico (ARPPR).
Sentir el compromiso de informar a las personas con pequeñas notas sobre lo ocurrido en el evento no es simple, solo se logra con pura disciplina, pasión y adrenalina. Cuando comienzas la cobertura noticiosa te ves en la obligación de controlar las palabras que recorren tu mente mientras escuchas y escribes. Es saber evaluar lo que redactas.
La responsabilidad se apodera, aún más cuando cada dato escrito debe ser resumido para que el lector reciba la información en segundos y no pase la página. El reto se refleja más a la hora de atraer al público que tiene influencia en estos tiempos: los millennials, quiénes actualmente están cambiando el mundo con los avances tecnológicos y las nuevas tendencias.
De igual modo, cabe destacar la importancia de trabajar en equipo lo que permitió que las tareas designadas se realzaran a tiempo. Durante mi participación debo agradecerle a mi colega Paola M. Santiago Soto, quién colaboró arduamente en la creación de todo el periódico. Ante esto mi compañera expresó su satisfacción al trabajar durante la Convención.
“Colaborar de este evento fue una experiencia gratificante y enriquecedora, pues allí vi de antemano el trabajo de los relacionistas y cómo este se asimila y diferencia del periodismo”, mencionó Santiago Soto, después de haber terminado la cobertura.
Fueron tres horas de pura información en las distintas conferencias sobre la Creatividad y las Relaciones Publicas, Ética en las redes sociales: De la privacidad a la crisis, El Tercer Sector en tiempos de crisis y Sin Plan no hay Paraíso: Proceso RPIE, las cuales eran requisitos para obtener de uno a tres créditos para los relacionistas.
Al finalizar las conferencias y en cuestión de minutos teníamos las notas cumpliendo así nuestro reto: informar. La realidad es que mientras más uno practica, la agilidad para redactar incrementa. A las 5:00 p. m. ya teníamos el newsletter terminado, lo enviamos con mucho orgullo, gritamos y relajamos nuestros hombros porque estábamos seguras que nuestro trabajo era de calidad.
Tras este evento, espero que hayan otras conveciones similares. Me uno al pensamiento de mi compañera, Santigo Soto cuando expresó estar muy agradecida por la oportunidad de conocer a otros colegas que trabajan en la industria de la comunicación desde otro punto de vista. Además, me enorgullece que nuestro trabajo, como estudiantes compita con la labor de profesionales expertos en sus materias.
Deseo que Sagrado siga llevando a los estudiantes a participar en actividades y demostrar el nivel de rendimiento de los delfines.
¡Gracias a Sagrado y a la profesora Lillian Agosto por confiar en nosotras! Nos veremos en la próxima convención.