La catedrática del Departamento de Ciencias Naturales lleva 42 años de entrega comprometida a sus labores en Sagrado.
Por Liz Yanira Del Valle
Colaboradora
Científica y mujer de avanzada. La doctora María Lázaro Vicéns es una sagradeña a la que le sobran energías. En vez de esperar ansiosa y jubilosa por el retiro, es éste el que espera por ella. Lázaro Vicéns lleva 42 años de entrega comprometida a sus labores en Sagrado.
En estos momentos del COVID-19, la catedrática del Departamento de Ciencias Naturales dice que así sea a través de videoconferencias o como fuese seguirá frente a su salón de clases. Claro, lo prefiere presencialmente.
“Recuerda que soy de otra generación. Me interesa mucho el calor y encuentro humano, algo que me es esencial. Lógico, reconozco todo el aporte que nos da la tecnología especialmente en estos momentos”, expresó quien antes de conversar con InSagrado ya había impartido dos exámenes a dos grupos distintos por medio de la Internet.
Nos alejamos del tema del virus y damos una vuelta al pasado. En el 1975, una joven María Lázaro obtenía su bachillerato en Ciencias Naturales con concentración en Biología en la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Río Piedras. “Te cuento que para ese tiempo en Puerto Rico no se ofrecían doctorados en Biología, solo en Química”, aclaró.
Como la determinación nunca le ha faltado, Lázaro Vicéns fue por el grado de maestría en Biología. “En 1977 me gradué de la maestría. No fue un grado cualquiera. Ese programa de la UPR era bien fuerte. Su Biología era holística. Salimos muy bien preparados en todas las ramas de esa ciencia”, comentó con orgullo.
Por igual, declaró con tono efusivo que desde entonces su centro de trabajo de por vida ha sido Sagrado.
La bióloga recuerda que formó parte del equipo de profesionales que iniciaron su carrera profesional cuando la institución estaba en vías de convertirse en universidad.
Motivaciones tampoco le faltaban. La científica andaba como pez en el agua. Ingresó a la facultad de Ciencias Naturales e impartía cursos de Biología General, Fisiología Humana, Anatomía, Embriología, entre otros.
Contó que todo evoluciona y en la ciencia más todavía, por eso siempre ha querido innovar. Lázaro Vicéns no se estanca. De hecho, fue muy vocal en la actualización del currículo de otros tiempos, incluso del actual. A modo de ejemplo, citó el caso del curso de Biología de Desarrollo. “Ese ya es más moderno, incluye los cambios en la forma de la célula y dentro de esta. Es una Biología más multidisciplinaria”, agregó.
Esta sagradeña admite que una de las facetas que más ha disfrutado de todos los roles que ha desempeñado en Sagrado es el de la enseñanza.
Destacó que su gran pasión por la enseñanza se extiende fuera del salón de clases, ya que además se interesó por impactar favorablemente a otros educadores. Lázaro Vicéns descubrió en Sagrado su posibilidad de ser “maestra de maestros y maestras”. Desde aquí trabajó con unos proyectos federales que contribuían al mejoramiento de la preparación de los educadores de ciencia del Departamento de Educación. La científica diseñaba las clases para el área de Matemática, coordinaba talleres y cursos completos.
“Me encanta el proceso de aprendizaje. Me encanta aprender y a su vez educar. Lo disfruto mucho. Me gusta el salón de clases. Sagrado es mi vida y también la considero como Alma Mater”.
Dra. María Lázaro Vicéns, catedrática del Departamento de Ciencias Naturales
De paso, en esta institución hubo otras oportunidades para la profesional. Por ejemplo, en los años 90 dirigió el Departamento de Ciencias Naturales. “En esa fase estuve cuatro años”, especificó.
“Te dije que todo evoluciona. Finalmente, en la UPR ofrecieron un doctorado en Biología, conocido como un programa de Interrecinto entre Río Piedras y Centro Médico. Te cuento la anécdota: yo no lo busqué, fueron mis exprofesores de maestría que me llamaron para proponerme que ingresara. Adquirí una beca y Sagrado me otorgó una licencia de estudio con el compromiso de regresar. Ya ves, sigo aquí”, reafirmó.
De esa etapa recuerda los temores que enfrentó al verse rodeada de muchos compañeros de aula bien jóvenes.
“Pensé que sería el triple de difícil para mí, pues hacía tiempo que me había graduado de la maestría. Pero al poco tiempo descubrí lo que ya te comenté, estaba bien preparada. Además, el fogueo del trabajo en Sagrado lejos de anquilosarme me tenía renovada aunque no me percatara tan directamente. A mí los estudiantes me dan mucha energía”, manifestó.
Otro de los aportes que ha dejado a las generaciones venideras de sagradeños y sagradeñas es el diseño de clases que no se impartían en la universidad, como es el caso del curso de Técnicas de Cultivo de Células In vitro.
También, diseñó el currículo del entonces programa de Biotecnología con cursos hasta de Bioética, Bioinformática Molecular y Práctica Integrada.
Lázaro Vicéns fue coordinadora de la renovación de los laboratorios de ciencia de Sagrado.
En el 2007, representó a Sagrado en INDUNIV – Industry University Research Center, organización sin fines de lucro que opera como consorcio entre universidades, gobierno e industrias.
A la doctora Lázaro Vicéns le han llovido posibilidades de ocupar otras posiciones en la industria farmacéutica y de biotecnología, pero ella sigue fiel a Sagrado.
“Sagrado tiene algo particular. La gente que labora aquí es bien comprometida con la Universidad. El compañerismo es su sello distintivo. Hay mucha unión en su facultad. La interacción entre el estudiante y la facultad es bien cercana. Por eso no me he ido de aquí y reitero, amo el salón de clases”.
Dra. María Lázaro Vicéns, catedrática del Departamento de Ciencias Naturales
Para la bióloga, Sagrado es “una institución con corazón entregada a la educación de sus estudiantes, al desarrollo del conocimiento, a guiar a sus alumnos en las diferentes materias, pero con calidad humana; a saberse que tenemos que tener compromiso unos con otros, así estemos en modo virtual o presencial”.