La Capilla Mayor de Sagrado se llenó de la música que une el continente europeo y africano con Puerto Rico en una celebración especial de la cultura puertorriqueña.
Por Edwin A. Figueroa Narváez
Coordinador de Proyectos Pastorales
Desde el mes de noviembre, comenzamos oficialmente las navidades en Puerto Rico y celebramos nuestra fe y cultura con un sinnúmero de actividades que representan la identidad caribeña. Con esto en mente, realizamos la fiesta de Rosa Filipina Duchesne y la clausura de las actividades del Bicentenario de su llegada a América con la Misa Costera y la Fiesta de Fe y Cultura.
La misa inició al son de tambores que anunciaba a los presentes el comienzo de la Eucaristía en donde participó el ministerio musical Sociedad Dorada. Ataviados con sus túnicas multicolores alusivas a nuestras raíces africanas, comenzaron el cántico de entrada para acompañar la procesión de los ministros en su camino al altar.
La voz de la cantautora Nelie Lebrón Robles y los tambores del reconocido etnomusicólogo Emanuel Dufrasne-González, junto a los cantantes y músicos, erizaron la piel de los presentes, quienes disfrutaron y aplaudieron al escuchar los pegajosos ritmos. “¡Vengan fieles entren al templo para alabar al sumo Creador!”, cantaban a son de bomba puertorriqueña.
Así transcurrió la fiesta eucarística con la mayoría de cánticos autóctonos de Puerto Rico, en bomba, plena y otros ritmos nativos. De esta manera, conectamos con la herencia espiritual de Filipina Duchesne, mujer que se hizo santa amando y acogiendo la diversidad de las culturas de América.
Luego de la Eucaristía, hicimos un viaje musical entre los continentes. Los profesores del Instituto de Artes Musicales deleitaron a los presentes con el concierto “Il Viaggio” (El viaje). Entre los cantantes estuvieron los profesores Carlos Conde, Annelsa Castro, María Alejandra Fernández y Francisco L. Ortiz.
Escuchamos piezas desde “Libiamo” de la Opera La Traviata de Giuseppe Verdi, “Deh vieni alla finestra” de la Ópera Don Giovanni de Mozart hasta la danza puertorriqueña Alondra de los Bosques, concluyendo con la afamada canción Amanecer Borincano.
Con este cierre continuamos las festividades navideñas en donde resaltamos nuestra fe y tradiciones, a la vez que confirmamos la fuerza unificadora y el poder sanador de la música. ¡Felices fiestas!