Norma Vila Rivero, coordinadora de la Galería de Arte de Sagrado presenta una mirada crítica a la transformación del paisaje.
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La artista, curadora, humanista y coordinadora de exhibiciones de la Galería de Arte de Sagrado, Norma Vila Rivero, presenta su exposición Una metáfora contra el olvido en la Galería de Arte de la Universidad de North Carolina, a partir del 8 de noviembre de 2018.
«Esta invitación significa una oportunidad de enriquecimiento profesional y prestigio que abre las puertas a colaboraciones interdisciplinarias e intercambios artísticos entre instituciones reconocidas como la Universidad de North Carolina (UNC)», expresó Norma.
Esta instalación, inspirada en los temas del paisaje y la ausencia es el más reciente trabajo de Vila Rivero y consta de nueve fotografías digitales de tamaño mediano y doce esculturas hechas de espuma de poliestireno.
“Esta exposición muestra una ausencia clara donde se reflejan temas como la imposibilidad del paisaje natural en una isla, el excesivo desarrollo urbano, el abandono del patrimonio cultural, entre otros elementos”, expresó.
Esta colección de imágenes y esculturas hace referencia y analiza las nociones de desarrollo al representar metafóricamente el paisaje ausente que permanece en la conciencia colectiva. La artista trabajó con analogías y el doble significado de los objetos, palabras y conceptos para lograr su objetivo. Los medios, las disciplinas y los materiales se entrelazan creando una intrincada red de ideas de múltiples capas. Además, los puntos de partida de Vila Rivero se originan con experiencias personales dentro de su entorno colectivo.
Para este proyecto, la artista trabajó con la representación de la metáfora ‘la piel de la memoria’. “Todo lo que hemos visto nos marca, y muchas veces, al pasar por algún lugar, es inevitable recordar ese lugar como era antes. Es ese paisaje ausente el que se impregna en nosotros, es una marca y una metáfora contra el olvido”, comentó.
Para representar esa marca o rastro en la memoria, en esta serie de fotos Norma colocó una plantilla en la parte posterior de un modelo en donde el sol imprime la imagen en sus espaldas. Luego colocó el modelo, marcado por el recuerdo de lo que ya no existe, en el lugar que corresponde al paisaje desaparecido.
“Todas las imágenes utilizadas como plantillas se basan en historias que he recopilado de amigos, familiares o de eventos personales. El resultado es que la foto sirve como testimonio o registro del evento específico. El objetivo era presentar una ausencia clara y manifiesta”, concluyó.
* Este proyecto ha sido posible gracias en parte al patrocinio de El Serrucho por Beta-Local.
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