Testimonio por la Semana de Concientización de Uso Inadecuado de Alcohol.
Por Lumarhi J. Rivera
El programa institucional de prevención y calidad de vida, (NOS) CUIDAMOS, se une a la Semana de Concientización de Uso Inadecuado de Alcohol, del 15 al 18 de noviembre.
A continuación, el testimonio de Mariela, seudónimo para propósito de la publicación, una joven rehabilitada del alcoholismo. Vivió por casi 15 años el abuso de alcohol y las sustancias controladas, lo que deterioró su salud, estudios y relaciones.
«Tengan mucho cuidado. Las acciones ‘aceptables’ (ingerir alcohol) pueden traernos repercusiones a largo plazo», dijo Mariela en referencias a los chicos que experimentaron o consideran experimentar con las bebidas alcohólicas.
Según Mariela, se refugió en el alcohol por: depresión, baja autoestima y otras secuelas del abuso sexual en su adolescencia. Ella entendía que podía sentirse «cool» y diferente. Sin embargo, multiplicó sus problemas.
Experimentó con el alcohol a sus 13 años por primera vez. Hacía mezclas como en las fiestas o en la televisión y a sus 16 años pidió a un conocido, mayor de edad, conseguirle alcohol esporádicamente. Cualquier actividad era «buena excusa» para embriagarse.
Posteriormente, ingresó a una universidad y salió casi a diario para tomar, también abusó de sustancias como: marihuana, cocaína, nicotina, entre otras.
A raíz de este estilo de vida, sus padres la echaron de su casa. También, sus amistades cercanas cortaron la relación, fracasó su semestre académico, perdió su espacio en la investigación pagada de la que participaba, y gastó todo su dinero. Además, sobrevivió un aparatoso accidente de automóvil y la hospitalizaron en dos ocasiones por sobredosis e intoxicación.
Debido a las implicaciones negativas que le ocasionó el alcohol, Mariela asistió a varias reuniones de Alcohólicos Anónimos, incluso a las de modalidad virtual al inicio de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, se reunía virtualmente con amistades para beber frente a la pantalla, y en ocasiones se quedaba tomando sola en la madrugada hasta dormirse.
Intentó por sí misma abandonar el alcohol, pero no podía resistirse al encontrarse en actividades o lugares que ofrecían bebidas alcohólicas. Cuando le comunicó a sus amigos cercanos y familiares sobre su condición, ellos la incluyeron en otras actividades que no involucraban alcohol.
“Cuando una persona está sobria, el apoyo de su círculo cercano es importante; eso marcó un antes y después (en mi vida). Lo importante es reconocer que hay un problema. No es ‘social’ cuando se convierte en un estilo de vida. Hay otra vida más allá del alcohol», dijo a inSagrado.
Mariela, joven rehabilitada del alcoholismo
Durante sus 11 meses de sobriedad, Mariela culminó su bachillerato, recuperó la confianza de su familia y encontró tiempo para sí misma y sus seres queridos.
Esta exhortó a los jóvenes que enfrentan problemas con el consumo de alcohol a que busquen ayuda lo antes posible, y que no se dejen llevar por la vergüenza.
Conéctate a las redes sociales del Centro Sofía (@centrosofiasagradoedu) para conocer más sobre el tema, cómo conseguir ayuda y cómo apoyar a otros. Si eres estudiante y crees que estás haciendo un uso inadecuado de alcohol, no lo dudes y busca ayuda. Solicita los servicios de apoyo psicológico y espiritual del Centro Sofía aquí: https://forms.gle/yHkvxcuSvUUeB1as6
Si quieres más información puedes comunicarte con la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción (ASSMCA) al (787) 763-3133.