
Alba Brugueras Fabre, PhD
Catedrática Auxiliar, Escuela de Negocios
Presidenta 2024-2025, Asociación de Economistas de Puerto Rico
¿Sabías qué en 1987 se presentó el Informe “Nuestro Futuro Común”, sobre las problemáticas comunes a atender, sentando así las bases para el desarrollo de políticas de sostenibilidad? Además, propuso que el desarrollo económico, social y la protección del medioambiente deben ser abordados de manera integrada.
A medida que Puerto Rico encara el nuevo año, enfrenta retos continuos en su panorama económico marcado por una urgente necesidad de un desarrollo sostenible y equidad social. Esto nos obliga a ser conscientes de cómo se interconectan la salud, la educación, el medioambiente, la seguridad, las condiciones laborales, la inversión y el sistema contributivo, para moldear la estabilidad económica del país.
¿Por dónde comenzar? Veamos algunas áreas de prioridad.
- Violencia de género: El 2024 cerró con 81 feminicidios, un aumento del 13% respecto al año anterior (Observatorio de Equidad, 2024). La violencia de género y el feminicidio continúan impactando todas las esferas de la vida y la economía, al limitar la participación plena y equitativa en la sociedad y el empleo. Es crucial que el gobierno, las instituciones educativas y la comunidad empresarial inviertan en programas que fomenten entornos más seguros y equitativos. Esto, mientras se combate de raíz la desigualdad estructural de esta problemática.
- Crisis energética: El apagón general de fin de año (31 de diciembre de 2024), y las continuas interrupciones de energía eléctrica requieren una atención particular por su impacto en múltiples sectores. Además, subrayan la urgencia de revisar los contratos con LUMA Energy y Genera PR, y de invertir en energías renovables para garantizar una infraestructura energética robusta y sostenible.
- Corrupción y crisis medioambiental: La corrupción del medioambiente se repite en múltiples casos en la isla, y se mantiene el país sin una adecuada atención a la crisis climática. Ninguna se atiende de manera concertada y enfática. El país urge de la unión de voluntades y acciones concretas para ambos retos y la ejecución de acciones que defiendan los recursos naturales y fiscalicen efectivamente su uso.
- Educación: Mejorar la educación es clave para el futuro económico de la isla. Se debe priorizar la actualización de currículos y aumentar las tasas de graduación, apoyando un enfoque educativo más inclusivo, descentralizado, pertinente y adaptado a las necesidades de la población estudiantil y comunitaria.
- Salud: El acceso a servicios de salud adecuado sigue siendo un reto, especialmente para las poblaciones vulnerables. La emigración de profesionales de la salud agrava esta situación, lo que requiere una visión más integrada y sostenible del sistema de salud.
- Empleo: Aunque la tasa de desempleo ajustada se redujo a 5.4% en noviembre de 2024 (Departamento del Trabajo y Recursos, 2024), es fundamental que los nuevos empleos ofrezcan condiciones laborales justas y estables para fomentar un clima empresarial saludable y respetuoso de los derechos laborales.
- Quiebras: Con un aumento del 29% en quiebras en 2024 (U.S. Bankruptcy Court District of Puerto Rico, 2025), se necesita una reforma fiscal que simplifique el sistema contributivo, reduzca la evasión fiscal y apoye a las PYMEs y hogares impactados, creando un entorno más favorable.
- Impuesto mínimo global: Aprobar esta medida ayudaría a mejorar la equidad fiscal y la reputación internacional de Puerto Rico, generando recursos críticos para invertir en servicios esenciales y bienestar colectivo.
- Cultura de estadísticas y transparencia: Fortalecer el sistema estadístico es crucial para la toma de decisiones informadas y efectivas. Una inversión en recopilación de datos, tecnología y capacitación facilitará un manejo más proactivo y transparente de los retos económicos.
Estas áreas, junto con la reducción de fondos federales y cambios en la administración de Estados Unidos, así como retos globales como la inflación, conflictos geoeconómicos y las interrupciones en la cadena de suministro, configuran un contexto complejo para Puerto Rico. Aprender de crisis pasadas y aplicar esas lecciones es esencial para avanzar hacia un futuro económico más sostenible y justo. Y desde cada uno de nuestros espacios, nos toca ser parte de esta agenda económica común y exigir su cumplimiento. Porque este es “Nuestro Futuro Común”.