Feminismo es democracia | inSagrado

Feminismo es democracia

Con motivo de nuestra “Jornada por la Democracia”, la profesora Diana Betancourt Caballero analiza cómo el movimiento feminista busca la igualdad y la libertad.

Por Diana Betancourt Caballero
Profesora

Facultad Interdisciplinaria de Estudios Humanísticos y Sociales

El derecho al voto nos ha dado la idea de que Puerto Rico es un país democrático. Basado en esta premisa, podemos pensar en lo que expone la profesora María Emma Wills Obregón, de la Universidad Nacional de Colombia: “las concepciones más conservadoras afirman que la democracia es ante todo una forma de gobernar” (1999, p.22). No obstante, esta proposición deja al margen varios elementos de índole social, como es la agenda de género.

Día a día, las mujeres enfrentan la carencia de la igualdad. Por ejemplo, en el lenguaje las mujeres caen bajo la sombrilla masculina. Cuando se habla de “los estudiantes”, ahí se sitúan, como parte del grupo de hombres que componen la comunidad estudiantil. En lo doméstico, son muchas las que, además de llevar la carga laboral, se les suman las tareas del hogar.

En términos de salarios, se enfrentan a la discrepancia entre lo que gana un hombre versus una mujer. Incluso, la periodista Rut N. Tellado Domenech, del periódico El Nuevo Día, comentó que “según la encuesta de la Comunidad del Negociado del Censo de 2018, en la población de 25 años o más con ingresos, el salario anual de los varones supera a las féminas en cada renglón. Entre los que no completaron el bachillerato, las mujeres ingresan $6,274 menos que los hombres, mientras que en el caso de los posgrados, esa diferencia fue de $11,858 a favor de los varones”. Además, en los últimos meses hemos visto la creciente tasa de feminicidios en Puerto Rico. Según publicó el periódico feminista Todas, “un análisis del Observatorio de Equidad de Género reveló un aumento de 83% en los feminicidios en Puerto Rico durante la cuarentena, del 15 de marzo al 30 de mayo de 2020, en comparación con el mismo periodo durante el 2019”.

Ante estas y otras condiciones de desigualdad social, múltiples movimientos feministas se han movilizado para exigir equidad e igualdad independientemente del género. En términos sumamente generales, los feminismos (en plural, pues hay diversas teorías) buscan la equidad. Procuran que seamos libres e iguales, algo similar a lo que la democracia apunta.

Para poder comprender el porqué de la crítica feminista a la supuesta democracia hay que recordar lo que indica Wills Obregón: “en relación a la democracia, la construcción social de lo femenino y lo masculino tuvo mucho que ver con la manera como se concibió la separación entre lo público y lo privado, y con las definiciones de ciudadanía y de comunidad política que en un principio las corrientes liberales instauraron” (1999, p.37). Por lo tanto, esta separación entre lo público y lo privado no nos favorece por igual y resultó desventajosa para las mujeres. De tal forma, el discurso feminista pretende que la democracia se inserte más allá de lo que el Estado puede proveer. Busca introducir sus prácticas en los espacios políticos y no de circunscribirlos en lo privado, sino que esté presente en los espacios laborales, domésticos y en todo lugar donde falta la democracia.

En palabras de Wills Obregón se trata de “que los principios democráticos se desplacen del mundo público y se apliquen también a las relaciones que se entablan en otras esferas” (1999, p.37).  En fin, el feminismo es un movimiento que busca la igualdad y la libertad para el individuo; esto es democracia. Con todos los logros que el feminismo ha alcanzado, aún son múltiples los grupos que se oponen a la propuesta feminista. Esta oposición tiene que ver con los prejuicios que carga el concepto, los cuales surgen de la idea que la igualdad ya está lograda por ser un país democrático.

Scroll al inicio
Ir al contenido