A poco más de un mes de la octogésima colación de grados de Sagrado, la exalumna Luz A. Silva Romero reflexiona sobre cómo el Centro de Pastoral Universitaria fue determinante en su camino universitario.
Por Luz A. Silva Romero
Exalumna Sagrado 2019
Me vinculé a “Pastoral”, como le llamamos de cariño, hace más de cuatro años. Si tuviera que resumir la experiencia en dos palabras, estas serían: reconfortante y enriquecedora. Desde el principio, me brindaron oportunidades para vincularme con diferentes proyectos de crecimiento personal y voluntariado social.
El Centro promueve en los universitarios el desarrollo de una libertad intelectual y una conciencia moral que nos impulsa a un liderazgo diferente. Un paradigma de liderazgo orientado al servicio desde la solidaridad: ayudando y acompañando a las personas y los grupos en la transformación de la realidad.
En Pastoral viví muchas experiencias significativas que aportaron a mi desarrollo como persona, profesional y puertorriqueña. Entre estas se encuentran las siguientes.
- Primeramente, pude recibir mi sacramento de la confirmación gracias a una persona muy especial que me guió en ese acontecimiento fundamental para mi fe.
- Completé el proceso de desarrollo de liderazgo transformador del proyecto Conéctate. Posteriormente, por dos años, fui facilitadora y acompañante de otros estudiantes que participaron del programa.
- Participé de la formación de Sacred Heart Global Citizen en Washington D. C. , en el Stuart Center de las Religiosas del Sagrado Corazón.
- Desarrollé el proyecto de emprendimiento “Manos Vivas”.
- Participé en varios proyectos de voluntariado social y entre estos fungí como facilitadora de talleres de liderazgo para residentes del barrio Villa Palmeras: “Proyecto Villa Palmeras una Comunidad Resiliente”.
- Finalmente fui parte del grupo de voluntarios que vivimos la experiencia de inmersión cultural y voluntariado social en Lima, Perú.
Durante todas estas experiencias recibí un acompañamiento incondicional y una guía clave para mi vida. Ser parte de la familia de Pastoral, además de llevarme amigos(as) para toda la vida, me ayudó a entender y a incorporar en mi propia vida lo que es la misión de Sagrado.
Hoy, como exalumna, puedo afirmar que mi desarrollo académico y mi vida en Pastoral fueron un complemento perfecto para convertirme en una profesional capaz de construir la comunidad solidaria en la justicia y la paz, ese nuevo Puerto Rico que todos soñamos.