Resistencia, liderato y compasión en Jean Carlos Alejandro | inSagrado

Resistencia, liderato y compasión en Jean Carlos Alejandro

Pese a los retos que le ha presentado la vida, este delfín de nuevo ingreso tiene grandes metas como futuro profesional de las ciencias del ejercicio.

Jean Carlos Alejandro Rivera (Foto suministrada)

Por Liz Yanira Del Valle
Colaboradora

Nota: Este es el tercer artículo de una serie especial dedicada a los estudiantes de nuevo ingreso 2020.

“Si ves a alguien que necesite una mano, no le des una sino las dos”. Así piensa Jean Carlos Alejandro Rivera, un delfín de nuevo ingreso del bachillerato en Ciencias del Ejercicio y Promoción de la Salud.

Alejandro Rivera es agradecido con la vida, una que en su caso describe como “muy complicada”.

Desde bebé fui y aún estoy bajo la custodia del Departamento de la Familia. No crecí en un hogar tradicional”, explicó el sagradeño de 19 años, quien aseguró que durante su crecimiento se tropezó con gente muy prejuiciada en relación a esta realidad.

“No es todo el mundo, pero hay quien te estigmatiza dando por sentado que eres ‘bruto’ o ‘delincuente’”, expresó el joven que durante su infancia vivió en siete hogares institucionales diferentes. Según el ahora universitario, en muchos de estos centros fue maltratado y pasó experiencias duras. Pese a lo anterior, fue fuerte y se vio bendecido al llegar al Hogar Manuel Fernández Juncos, en Santurce.

“Llegué al hogar a los 11 años de edad. Me ayudaron a sanar, manejar mis emociones, mi higiene, orientarme y disciplinarme con amor. Les quiero y agradezco lo que hicieron por mí”, declaró.

Fue justo allí donde le llegaría otra buena estrella: el director del Colegio San Vicente de Paúl y tutor en el hogar, Emilio Roldán Figueroa, quien comenzó a apoyar a Jean Carlos en asuntos deportivos. Al final, el joven y uno de sus hermanos lograron más estabilidad al pasar a vivir con Roldán Figueroa, persona que al presente le brinda hogar sustituto a los hermanos bajo la autorización del Departamento de la Familia.

“Este cambio fue muy favorable. Desde octavo grado pertenecí al cuadro de honor. Luego del décimo grado hasta cuarto año fui parte del National Honor Club del Colegio San Vicente de Paúl. Pertenecí al Club del Consejo Estudiantil, Club de Oratoria en Teatro y fui presidente del Club Deportivo del colegio”, agregó el sagradeño de personalidad extrovertida.

Fue precisamente el deporte lo que lo vinculó a Sagrado, donde participó como líder recreativo en un campamento de verano.

“Me deslumbré con el campus. A él llegué por el señor Moreno, quien me escuchó dando una charla motivacional a los jóvenes del Hogar Manuel Fernández Juncos y me conectó con Sagrado”, recordó el amante del baloncesto y otros deportes, como el soccer y voleibol.

Para Jean Carlos, el deporte ha sido su refugio y medio de sanación. “En un día difícil, hacer deportes es mi mayor distracción. Me interesan todas las disciplinas relacionadas con el deporte. Mi meta es profesionalizarme en cada una de ellas para lograr tener una empresa, donde ofrezca multiplicidad de servicios vinculados a la salud deportiva. También quiero ser portavoz y líder para motivar a otros jóvenes con mi misma situación”, abundó.

Pese a que vio solo dos veces a su madre, una en vida y otra ya fallecida, no le guardó rencor. Tampoco a su padre, a quien ha visto solo tres veces y por quien dice sentir mucho amor.

“A los que tienen sus padres y madres, valoren los sacrificios que hacen por ustedes. Sean respetuosos, considerados y responsables; Tengan compasión con el prójimo necesitado”, exhortó.

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