Roberto Clemente: un servidor para su gente | inSagrado

Roberto Clemente: un servidor para su gente

En Sagrado nos unimos al reconocimiento que se le rinde al más grande pelotero boricua y latinoamericano: el inmortal, Roberto Clemente.

Roberto Clemente Walker. (Fotos de archivo)

Por Lester Jiménez
Colaborador

Cuando los Piratas de Pittsburgh se lancen al terreno de juego esta noche para enfrentar a los Medias Blancas de Chicago, en sus espaldas solo tendrán un número: el 21; y en sus mentes el recuerdo del más grande jugador que se haya puesto ese uniforme: Roberto Clemente Walker.

La organización de Pittsburgh rinde homenaje hoy al exastro boricua al vestir su uniforme y, a la vez, recordarán lo que fue su paso por la organización. Pero, además de rememorar sus logros dentro del terreno, será una oportunidad para recalcarle a las nuevas generaciones que Clemente fue más que un pelotero: fue un servidor para su gente.

Desde su llegada a las Grandes Ligas, Clemente tenía claro que debía romper con muchas barreras en contra de las minorías. Al ser negro y latino, tuvo que soportar todo tipo de prejuicios y burlas por su origen, acento y color de piel.

Sin embargo, lejos de amilanarlo, eso le sirvió para ser más fuerte, denunciar con voz alta lo que eran las injusticias de ese momento y, además, labrar el camino de lo que sería parte de su legado: abrirle paso a otros latinos que llegarían posteriormente a las Grandes Ligas.

Y es que la grandeza de Clemente no se quedó dentro de las líneas de cal, donde sin duda dejó su huella con importantes logros que permanecerán para la historia: primer jugador latino en llegar a los 3,000 hits, 15 Juegos de Estrellas, 12 guantes de oro, cuatro bates de plata, dos premios al Jugador Más Valioso y dos sortijas de Serie Mundial, entre muchos otros.

El carolinense también fue grande porque a través de su vida dejó demostrada la importancia que tenía para él ayudar a los demás. Primero, defendiendo a los jugadores puertorriqueños -y latinos en general- que llegaban a las Mayores, ayudándoles a acostumbrarse a un nuevo país, con un idioma distinto y lleno de prejuicios.

Además, puso la palabra en la acción. Siempre se identificó con las causas de los más necesitados en Puerto Rico, en Pittsburgh y dondequiera que podía, al punto de dar su vida, literalmente, por ayudar a los damnificados de un terremoto ocurrido en Nicaragua en 1972.

Y es ese, precisamente, el mayor legado de Clemente, el de servir.

Por esto, todas las personas e instituciones que tienen como apostolado el servicio, al igual que aquí en la Universidad del Sagrado Corazón, honramos cada día la memoria de Clemente.

Mientras exista el deseo de servir a los demás, de ayudar al necesitado, de defender la justicia y la igualdad entre los seres humanos basado en unos principios de amor y respeto al prójimo, Roberto Clemente siempre estará vivo.

Hoy, 9 de septiembre, Sagrado se une al reconocimiento que se le rinde al más grande pelotero boricua y latinoamericano: el inmortal, Roberto Clemente.

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